jueves, enero 19, 2006

Conocimiento Inútil

He encontrado el ensayo de Russel en el que está basado el título del blog, y que leí en el libro "elogio de la ociosidad". Podéis leerlo aquí. Os selecciono algún fragmento:

(...)Durante los últimos ciento cincuenta años, los hombres se han venido cuestionando cada vez más, vigorosamente, el valor del conocimiento, y han llegado a creer, cada vez con más firmeza, que el único conocimiento que merece la pena adquirir es aquel que resulta aplicable en algún aspecto a la vida económica de la comunidad.(...) El saber está comenzando a ser considerado en todas partes no como un bien en sí mismo, ni como un medio para crear una visión amplia y humana de la vida en general, sino tan sólo como un ingrediente de la preparación técnica.(...)Hay mucho que decir en cuanto al estrecho criterio utilitarista de la educación. No hay tiempo de aprenderlo todo antes de empezar a crearse un medio de vida, y no hay duda de que el conocimiento "útil" es muy útil. Él ha hecho el mundo moderno. Sin él no tendríamos máquinas, ni automóviles, ni ferrocarriles, ni aeroplanos; debemos añadir que no tendríamos publicidad ni propaganda modernas. El conocimiento moderno ha dado lugar a un inmenso mejoramiento en el promedio de salud y, al mismo tiempo, ha revelado cómo exterminar grandes ciudades con gases venenosos, todo lo que distingue nuestro mundo al compararlo con el de otros tiempos, tiene su origen en el conocimiento "útil". Ninguna comunidad se ha saciado todavía de él, y es indudable que la educación debe continuar promoviéndolo (...)

(...)Una mejor organización económica, que permitiera a la humanidad beneficiarse de la productividad de las máquinas, conduciría a un gran aumento del tiempo libre, y el mucho tiempo libre tiende a ser tedioso excepto para aquellos que tienen considerables intereses y actividades inteligentes. Para que una población ociosa sea feliz tiene que ser población educada, y educada con miras al placer intelectual, así como a la utilidad directa del conocimiento técnico.(...) El elemento cultural en la adquisición de conocimiento, cuando es asimilado con éxito, conforma el carácter de los pensamientos y los deseos de un hombre, haciendo que se relacionen, al menos en parte, con grandes objetivos impersonales y no sólo con asuntos de importancia inmediata para él. Se ha aceptado demasiado a la ligera que, cuando un hombre ha adquirido determinadas capacidades por medio del conocimiento, las usará en forma socialmente beneficiosa. (...)En la naturaleza humana no educada hay un considerable elemento de crueldad, que se muestra de muchas formas, importantes o significantes.(...) Las dos cosas más universalmente deseadas son el poder y la admiración. Los hombres ignorantes, generalmente, no pueden conseguir ninguna de las dos sino por medios brutales que llevan aparejada la adquisición de superioridad física.La cultura proporciona al hombre formas de poder menos dañinas y medios más dignos para hacerse admirar.(...)

Quizá la ventaja más importante del conocimiento "inútil" es que favorece un estado mental contemplativo. Hay en el mundo demasiada facilidad, no sólo para la acción sin la adecuada reflexión previa, sino también para cualquier clase de acción en ocasiones en que la sabiduría aconsejaría la inacción.(...)Por mi parte, estimo que la acción es mejor cuando surge de una profunda comprensión del universo y del destino humano, y no de cualquier impulso salvajemente apasionado de romántica pero desproporcionada afirmación del yo. El hábito de encontrar más placer en el pensamiento que en la acción es una salvaguarda contra el desatino y el excesivo amor al poder, un medio para conservar la serenidad en el infortunio y la paz de espíritu en las contrariedades. Es probable que, tarde o temprano, una vida limitada a lo personal llegue a ser insoportablemente dolorosa; sólo las ventanas que dan a un cosmos más amplio y menos inquietante hacen soportables los más trágicos aspectos de la vida.(...)El conocimiento de hechos curiosos no sólo hace menos desagradables las cosas desagradables, sino que hace más agradable las cosas agradables(...)

(...)Actualmente, el mundo está lleno de grupos de iracundos y egocéntricos, incapaces de considerar la vida humana como un todo y dispuestos a consentir a destruir la civilización antes que retroceder una pulgada. Para esta estrechez, ninguna dosis de instrucción técnica proporcionará un antídoto. El antídoto, en tanto sea cuestión de la psicología individual, ha de hallarse en la historia, la biología, en la astronomía, en todos aquellos estudios que, sin aniquilar el respeto a la propia personalidad, capacitan al individuo para verse en su verdadera perspectiva. Lo que se necesita no es éste o aquel trozo específico de información, sino un conocimiento tal que inspire una concepción de los fines de la vida humana en su conjunto: arte e historia, contacto con la vida de los individuos heroicos y cierta comprensión de la extrañamente accidental y efímera posición del hombre en el cosmos todo esto tocado por un sentimiento de orgullo por lo que es distintivamente humano: el poder de ver y de conocer, de sentir magnánimamente y de pensar y comprender. La sabiduría brota más fácilmente de las grandes percepciones combinadas con la emoción impersonal.(...)

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